viernes, 10 de septiembre de 2010

LA MEDITACION Y EL SIGNIFICADO DE LA EXISTENCIA

La meditación y el significado de la existencia

"El hombre debe ante todo recuperar un estado donde se exprese totalmente esta verdadera transparencia que le ofrece la magnífica función de ser un instrumento lúcido y consciente de la obra universal"

Los seres vivos reciben energía de los alimentos, el aire y las impresiones, y, con sabiduría, cada organismo la transforma en su beneficio. El ser humano por el hecho de ser tal, está predispuesto a recibir la experiencia del Ser, lo que logra sólo si sutiliza en forma voluntaria esa energía.

El conocimiento de que la materia es energía es de todos conocido. El físico cuántico David Bohm, matemáticamente demostró que existen energías de tan alto poder vibratorio, tan infinitas, que parecen inmóviles. A partir de éstas resuenan otras. A las de menor poder, las más lentas, las catalogó como categoría expuesta de la energía y dando origen a todo lo material que existe en el universo. A la energía de poder infinito, Bohm la llamó Holomovimiento que al resonar en un movimiento global, acausal, intemporal y sin fricciones, da origen a otras que tambien están sustentadas por el Holomovimiento. Como éste no tiene peculiaridades identificables con todo lo conocido, se le considera como un vacío. Paradójicamente es la plenitud .

Este descubrimiento de Bohm, es coincidente con el conocimiento milenario de los místicos orientales, ellos saben que el todo está dentro de sí mismo. Eso significa que el movimiento entero está dentro de nosotros. Por eso los hindúes dicen "Tú eres eso".

Cuando nos disponemos a meditar, con asombro descubrimos que nuestra mente "se manda sola" y ni tan siquiera es así, porque nuestros pensamientos y acciones evidenciados en decisiones, se fundamentan en principios aprendidos o copiados durante nuestra socialización: prejuicios, convencionalismos, intereses egoístas, etc. En consecuencia, nos equivocamos un sinnúmero de veces y no sólo sufrimos nosotros sino que, directa o indirectamente, hacemos sufrir a otros seres. Si realizamos una introspección sincera y honesta, no podemos dejar de reconocerlo. La génesis de esta situación se debe a que estamos "dormidos". La meditación nos "despierta" y nos hace vivir gratamente la Verdad y la Libertad.

Si durante la meditación la atención se concentra, logramos que se agudice la percepción de tal forma que llegado un momento, variable en el tiempo dependiendo del meditante, se desprende de la consciencia común. Ha llegado a lo que se llama estado alterado de consciencia.

Cada escuela o sistema designa con términos diferentes a estos procesos. Todos tienen características comunes: atención concentrada en un sólo objeto con exclusión de todos los demás pensamientos, pérdida de la consciencia sensorial, concentración en el momento presente, lucidez mental y pérdida de la noción del tiempo.

Esta técnica requiere disciplina en la atención, voluntad y fundamentalmente perseverancia. Su efecto conlleva el conocimiento de la relación del individuo con la totalidad, la aptitud de trascender los aspectos dolorosos de la vida y por lo tanto comprehender una nueva forma de percibir la realidad

El resultado final de este proceso tiene el efecto de establecer un alineamiento de las sinápsis del cerebro, los compartimentos que antes funcionaban sin coordinación se integran. Ellos son: el neocórtex (pensamiento intelectivo), el sistema límbico y el tálamo (sentimental emocional) y la médula oblonga (instintivo inconsciente). La causa de esta armonía se debe a que se originan cambios electroquímicos y crecimiento de las terminaciones nerviosas. Esta integración se exterioriza en un nuevo estado de consciencia.

Psicológicamente, el meditante obtiene paz interior, buenas relaciones con el entorno, eficacia, alegría y entusiasmo en la vida cotidiana, comprende la realidad sin sufrimiento. Su percepción se debe a que superó la dualidad, las impulsiones, los condicionamientos y subyugó al ego.

Fisiológicamente ocurre una baja en el metabolismo, en los niveles de lactato en la sangre, en la frecuencia cardíaca y respiratoria y en la presión arterial, y un aumento de las ondas cerebrales alfa, de ocho a nueve por segundo.

Estos benéficos resultados se logran si durante el desarrollo de esta técnica el meditante le da a la atención el poder de un buen espejo, que no deforma, no juzga, todo lo refleja. Con esta exigencia, la concentra en el motivo de la meditación y aleja suave y firmemente y sin ansiedad cualquier hecho que irrumpa en su mente, sentimiento, pensamiento o percepción.

Al practicar esta técnica con asiduidad, conocemos la realidad, nos reconciliamos con nuestro origen y obtenemos el propósito y significado de la existencia.

Publicado por Elisa Aliaga, en la revista Alcione www.alcione.cl